Hemos visitado el Conservatorio de Danza.
Una visita , no muy larga, que sin embargo, "alarga" nuestra forma
de ver la vida.
Hemos conocido a chicos y chicas que desde que tenían nuestra edad han ida a clases de danza. Los hemos visto bailar, estaban en clase y sus profesoras/es nos han enseñado en directo cómo estos alumnos/as perfeccionan cada día su trabajo .
Han sido un ejemplo
¡Y además lo hemos pasado genial!
Primero fuimos a una sala donde cuatro alumnas nos enseñaron distintos bailes, entre ellos una jota, que fue muy divertida y dinámica.
Una sala para el flamenco, con su guitarra en directo
Una sala donde un profesor nos enseñó y nos hizo disfrutar de distintos movimientos ante un espejo gigantesco
Y por último la sala donde varios chicos y chicas que comenzaron a estudiar danza con nuestra edad nos enseñaron lo que han aprendido y nos dejaron boquiabiertos con su trajes, zapatillas con punta...y lo más importante su esfuerzo.
¡Una salida estupenda!
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